La misión que tenemos como organización de la sociedad civil y como grupo de resistencia social no nos permite detenernos frente las circunstancias propiciadas por la crisis de sanidad que se vive en todo el mundo a causa de la COVID-19. Las necesidades de la población migrante y los riesgos en los que se encuentran sus derechos humanos nos conducen a crear nuevas formas de trabajo para continuar aportando a esta gran labor humanitaria.